El destello de un recuerdo, parte III
Por Daniel Rubio El destello de un recuerdo, parte III El recuerdo que te embiste en la noche es el más peligroso. En ese momento eres vulnerable y tu subconsciente se deja llevar deliberadamente. Tú lo sabes, pero no puedes hacer nada por salir de ese bucle. A la mañana siguiente, la vivienda despertó en silencio y entre escasa luz polvorienta. Además, olía a alcohol y prácticamente todo el suelo estaba pegajoso. David y Gema apostaban sus cromos sentados en el suelo de la entrada mientras Francisco gimoteaba en la cuna, abandonada en mitad del comedor porque, seguramente, aquella noche no les dejó dormir bien. Jorge, quien el día anterior miraba el montón de billetes inflamado por la mezquindad, despertó en el sillón del comedor y, con pasos torpes y los ojos extenuados por la resaca, se dirigió hacia la habitación donde debía de estar durmiendo el Tomate. —¡Me cago en tos sus muertos! Salió a toda prisa y repentinamente despejado. Cuando volvió a pasar por donde jugaban l